Por: Sebastián León Giraldo y Juana del Carmen Sánchez (integrantes CiderX)
El pasado 28 de junio de 2020 varios miembros de CiderX y vecinxs del barrio de La Macarena nos reunimos para recrear una fotografía icónica: la primera celebración (que sepamos) del Orgullo LGBTQ en Bogotá, la cual se celebró el 28 de junio de 1982. El encierro, la crisis económico-social y la COVID-19 nos han llevado a la reinterpretación de prácticas colectivas y de las formas de celebrar hitos y celebraciones LGTBQ. En esta breve nota les queremos contar más detalles sobre cómo la celebración del Orgullo LGTBQ 2020 nos llevó a las calles pero de una forma muy diferente a otros años. En esta historia se mezclan elementos que tal vez nos permitan pensar en nuevas formas de socialización y reivindicación de lo LGTBQ en tiempos de pandemia y distanciamiento físico.
Todo empezó el 28 de junio de 2020 con la publicación de una nota escrita por uno de lxs integrantes de CiderX, Isaac Melamed, sobre la celebración del día internacional del orgullo LGBTQ y las diferentes (y alternativas) trayectorias históricas que esta celebración ha tenido en América Latina. En la nota, “El ladrillo que conquistó una revolución: Stonewall y la liberación cuir en América Latina”, Isaac incluyó la fotografía de la primera marcha en defensa de los derechos de la comunidad homosexual de Bogotá, la cual se realizó en 1982 y contó con la participación de 32 personas. Entre otras particularidades de ésta, que fue la primera marcha cuir del país, se encuentra que fue promovida por el Movimiento de Liberación Homosexual en Colombia, que para realizarse tuvo que tramitarse un permiso ante la policía y que su recorrido fue desde la plaza de toros, lugar donde se tomó la fotografía, hasta la plazoleta de Las Nieves.
La fotografía llamó la atención de Sergio Montero, quien, tras publicarla en twitter, recibió varios comentarios de vecinxs de La Macarena. Surgió entonces una mezcla de nostalgia del pasado y frustración por no poder salir a celebrar en las calles un hito anual de visibilización que en los últimos años se ha convertido en una celebración multitudinaria de la comunidad LGTBQ y una expresión -social pero también política- de la diversidad sexual de nuestras sociedades.
La fotografía y la publicación resonaron entre varias personas y, pocos minutos después, Natalia Galvis nos retó a recrear la fotografía y por tanto, a celebrar de otra manera el orgullo LGBTQ en medio de la cuarentena. No pasó mucho tiempo para que esta iniciativa tuviera gran aceptación entre lxs integrantes de CiderX y varios vecinxs del barrio La Macarena. A diferencia de la fotografía original, la cual se tomó en el marco de una marcha que contó con meses de preparación, contábamos con poco tiempo. La idea era hacerlo ese mismo día y llevar a cabo todo el proceso siguiendo recomendaciones de bioseguridad. Sobre las tres de la tarde, nueve personas nos reunimos en un apartamento del barrio para iniciar los preparativos. Curiosamente, no todxs nos conocíamos en persona todavía ya que CiderX fue creado durante la pandemia y algunas personas que se unieron a la iniciativan eran conocidas por redes sociales solamente.
Otra de las cosas que aprendimos durante esta reunión fue la propia historia LGBTQ de la zona donde nos estábamos reuniendo. A pesar de que muchas personas actualmente asocian Chapinero como la zona LGBTQ de Bogotá, la historia de los primeros espacios de homosocialización de Bogotá se sitúan en el centro y en esta parte de la ciudad. De hecho, el apartamento donde nos reunimos a preparar la ambientación de la fotografía está ubicado en una zona de La Macarena que en la década de 1960 se conoció como la “Colina de la Deshonra” y que en su época fue lugar de tertulias y fiestas varias de artistas homosexuales de la ciudad. Estas tertulias se convirtieron en fiestas de gozadera, sin límites ni prejuicios, y tenían lugar en los apartamentos del fotógrafo Hernán Díaz y el pintor Enrique Grau. Cabe resaltar que estos encuentros sirvieron, a su vez, como escenario de discusiones y promoción claves para el movimiento artístico alternativo de la ciudad.
El proceso de preparación de las pancartas tomó, aproximadamente, una hora y media. Durante este tiempo se recrearon los mensajes que tenían las pancartas utilizadas en 1982. Sin embargo, algunas partes del mensaje fueron adaptadas al contexto actual de la comunidad. Entre dichas modificaciones se resalta el cambio de “día internacional homosexual” por “día internacional LGBTQ+”. Cabe rasaltar que durante los ochenta y los tempranos noventa, los movimientos de identidades disidentes que más destacaron en Colombia fueron aquellos liderados por hombres y representaban, casi exclusivamente, a la comunidad gay. Sin embargo, es un deber histórico el reconocer que no eran éstas las únicas expresiones de sexualidades diversas. Aunque no han recibido el mismo reconocimiento, grupos como Solidaridad Lesbiana, que se proclamó desde el feminismo autónomo, y Greco (Grupo de Estudio de la Cuestión Homosexual), que fue uno de los primeros grupos mixtos en el cual participaron hombres gay y mujeres lesbianas, hicieron también parte del panorama político y del activismo colombiano durante las últimas décadas del siglo XX. La importancia de enunciar la existencia de estos grupos recae en que, al igual que la historia hegemónica, la historia del movimiento LGBTQ fue, durante años, construida de manera excluyente. Por ejemplo, según Camila Esguerra, profesora del Instituto Pensar, las primeras agendas que incluyeron intereses de la comunidad lésbica aparecieron hasta mediados de los noventa y una de las colectivas que más destacó en este propósito fue Triángulo Negro.
Alrededor de las 5 de la tarde comenzamos a transitar las calles de La Macarena con nuestros carteles todavía oliendo a pintura. El recorrido inició en la “Colina de la Deshonra”, es decir, la calle 26b entre la carrera 5 y 4. El objetivo inicial era caminar hacia la plaza de toros con los carteles doblados, sin embargo; -y ya que estos tenían, aún, pintura fresca- los abrimos a lo largo del recorrido, quedando con la sensación de haber participado, por un muy corto periodo de tiempo, en el evento que nos convoca cada año. Al estilo de las marchas tradicionales este recorrido estuvo acompañado de alegría, amor e ilusiones. Fuimos nueve personas las que, durante ese recorrido de pocas cuadras, celebramos el día del orgullo LGBTQ 2020 en un momento atípico. Al igual que pasó con algunas personas que marcharon en 1982, también nosotrxs en 2020 marchamos con las caras tapadas: en esta oportunidad con tapabocas y, en el 82, según se cuenta, con pinturas y cascos de motocicleta.
Una vez en la plaza de toros buscamos el lugar donde se había tomado la fotografía original. La emoción y la alegría fueron las intérpretes de todo el proceso; estábamos ahí, resistiendo. Así pues, recreamos la foto de 1982 y algunas más que nos van a pemitir atesorar, por siempre, ese momento.
La reacción en redes sociales a la publicación de la fotografía fue increíble. Manuel Antonio Velandia Mora, uno de los organizadores de la marcha del 82, reaccionó emocionado y fueron muchas las muestras de cariño y apoyo recibidas.
La recreación de la fotografía fue un pequeño gesto pero que, en el contexto de la pandemia, a muchxs nos ayudó a sentir que no estamos solos. Gracias a las redes sociales logramos juntar un grupo que resultó en un encuentro presencial en el que se construyeron lazos que siguieron alimentando nuestra comunidad CiderX. Durante todo el proceso de convocatoria, preparación y recreación de la fotografía pudimos conectarnos con la historia, los espacios y las estéticas del movimiento LGBTQ en y de Bogotá y valorar, con emoción, estos más de 40 años de lucha, sobre todo en uno de los primeros años en los que no hemos podido expresarlo de manera multitudinaria en el espacio público.
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